Pretty Pet
por Colectivo juan de madre
Hace apenas un mes se
inauguró la primera Pretty Pet en Europa. Hasta ahora, la célebre cadena de
tiendas limitaba su presencia comercial a los continentes asiáticos y
africanos. Hong Kong, Moscú, Abu Dhabi, Ciudad del Cabo o Bangkok son algunas de
las ciudades donde ya triunfan, entre los más adinerados del lugar, los
servicios ofrecidos por Pretty Pet.
Aquí, el establecimiento
se localiza en el número 234 de la calle Aragón. Ocupa un local de 185 m2,
donde antes se encontraba una reputada galería de arte. En el escaparate, hasta
el momento, solo muestran algunos complementos, como collares de cuero y
diamantes, correas, comederos, champús desparasitadores o extravagantes chubasqueros.
El transeúnte curioso debe entrar a la tienda para conocer el verdadero motivo
de este establecimiento.
En vitrinas acristaladas
e individuales, de apenas dos metros cuadrados, tumbados sobre cemento
recubierto de poca paja, se exhiben las dos docenas de graves disminuidos
psíquicos y mentales que están a la venta. A un joven moreno le faltan las dos piernas
y la oreja derecha; una muchacha desnuda, con chichonera, babea, se masturba, y
golpea el vidrio con la cabeza; un anciano sordo, mudo y ciego se saca los
mocos secos de la nariz y los pega en la pared; por citar tres ejemplos.
Todos ellos, como
decimos, se encuentran a la venta; o “en préstamo de cuidado perpetuo” como refiere
el contrato que firmará el cliente interesado. Así, el comprador pagará una
cuota mensual a Pretty Pet, convirtiéndose en usufructuario del disminuido.
En las ciudades donde el
negocio ya lleva algún año funcionando, ha resultado del todo exitoso. Por las
aceras de Ciudad del Cabo no es extraño cruzarse con señoras recogiendo las
heces que su síndrome de Williams va dejando a su paso.